El Señor oye tales bravuconadas y se ríe; y, con la verdad de su boca, pone en evidencia la mentira del poder violento. "Mirad -dice el Señor de la Vida-, yo pongo en medio de los pueblos a mi Hijo, el que no usa más violencia que la del amor, ni desata más guerra que la necesaria para vencerse uno a sí mismo.
A éste le daré la herencia del Mundo Nuevo; a éste le abriré los tesoros de la paz que florece entre cantos y abrazos, entre abundante cosecha de esperanza y fiestas de fraternidad universal; ¡y no entre ruinas y llantos por la victoria del más fuerte!". Aprended, las potencias nucleares esta lección: La tierra no será de los que fabrican y venden artefactos de muerte. La alegría de vivir no puede descansar sobre la desconfianza, la competencia y el miedo de unos pueblos a otros; ¡y menos sobre la amenaza, siempre pendiente, de una guerra nuclear!
¡Felices los que construyen la paz con la justicia y la justicia con el amor!
LÓPEZ BAEZA . Autor .
1 comentarios:
Elocuente y conmovedor texto, pero la realidad es que la guerra ha sido y será un acontecimiento inevitable. Las razones pasadas por las que se luchaban eran políticas, ahora nos enfrentamos a los gobiernos que desean dominar los recursos naturales.La Tierra se agota, y el desarrollo sostenible no se sostiene tanto. Científicos e investigadores pensad y aliaros con los gobiernos por el bien de la Humanidad.
Publicar un comentario